VÁZQUEZ FIGUEROA Y EL MUNDO EDITORIAL

Después del tremendo éxito de convocatoria de mi primera lectura conjunta (porque mira que es difícil, pero yo lo he conseguido, no se ha apuntado absolutamente nadie);  y tras una primera fase de decepción, hoy resurjo de mis cenizas como el Ave Fénix. Así que sigo erre que erre en mi empeño en dar a conocer a mi autor favorito: Alberto Vázquez-Figueroa.

Lo conocí con Palmira, una historia sobre el sida y el lesbianismo. Hoy en día es algo normal, pero hace más de 20 años a mi me fascinó e hizo que empezara a leer todo  lo que veía escrito por él. A día de hoy, creo que he leído todo lo que ha publicado, salvo las novelas de los años 70, pero no hay manera de conseguirlas. En un principio, me compraba los libros en edición de bolsillo, ya que por el mismo precio, podía leer 2 o 3. Pero luego llegó un momento en que ya había leído todo lo publicado anteriormente, y tocaba comprar la edición según salía al mercado.

Auque la mayoría de libros que tengo han sido publicados con Plaza & Janes, creo que ha colaborado con todas las editoriales. A ello debe contribuir la facilidad que tiene para escribir, ya que en este año lleva dos libros publicados y no me sorprendería que antes de terminar el año apareciera otro.

Y ahora voy a contar sus pequeños intentos de cambiar el mundo editorial, pero lamentablemente, ninguno de ellos ha tenido éxito.

Lo primero que intentó poner en marcha fue la novela por entregas de la mano de La sultana roja, una interesante historia sobre el terrorismo, que se da un aire con La reina del sur, de Arturo Pérez Reverte. Creo recordar que salían con una diferencia de 15 días, pero yo no me la leí hasta que no las tuve todas conmigo. No me imagino eso te tener que esperar para ver lo que pasa, al mismo tiempo se publicaba a diario en un periódico local. Conclusión: se terminó reeditando como novela con la portada de la primera entrega, por lo menos sé que era roja.

Con Por mil millones de dólares supongo que molestaría a más de uno y de dos, ya que decidió ofrecer gratuitamente en la red la novela. Yo me la descargué pero, hasta que no la tuve en mis manos no la leí, quien me conoce un poco sabe que no me gusta leer en el ordenador. Supuestamente, a partir de esa fecha se iba a publicar al mismo tiempo las novelas en tapa dura y en edición de bolsillo, pero nuevamente fracasó su intento. Por lo menos yo no tengo constancia de que lo haya hecho.

Al mismo tiempo, ofrecía en su blog enviar sus novelas a quien se lo pidiera. Yo me atreví y me mandó 2: La ruta de Orellana, que ya tengo en edición de bolsillo; y El perro, éste sí me lo leí en el ordenador, pero es de lo más cortitos, lo escribió en un fin de semana.

Después vino El mar en llamas con la lectura apaisada. Supuestamente iba a ser más económico porque se ahorraba más papel. Yo no encontré la diferencia, ya que costaba unos 16€ y normalmente costaría unos 18€. Pero es muy incómodo de leer, ya que el ahorro de papel es a costa de anular los márgenes del interior, con lo que hay que abrir el libro completamente para poder leerlo, y con uno de tapa dura es un poco complicado.

Y por último, el rebote que se cogió cuando le dieron este premio. Supuestamente el premio estaba valorado en 60.000 €, pero luego se enteró que era un adelanto por las ventas del libro, con lo cual tenía que pagar a hacienda. 

Si he conseguido picarte un poquito la curiosidad, y espero que así haya sido, no dudes en pasarte o suscribirte a su blog, ya que esporádicamente publica sus pensamientos que seguro te van a hacer reflexionar.