Título original: The Parisian's Return
Autora: Julia Stagg
Traducción: Ana Duque
Editorial: Roca Bolsillo
Nº de páginas: 320
Publicación: Junio 2013
Serie: 2º Las crónicas de Fogas
SINOPSIS:
Cuando Stephanie le atiza a un extraño con una baguette seca, no se da cuenta en principio de que ha atacado al nuevo propietario de la épicerie del pueblo. Fabian, el exiliado parisino que ha venido a encargarse de la pequeña tienda, no despierta muchas más simpatías cuando decide que lo que necesita Fogas es un comercio moderno y exquisito. Incluso pensará en tirar la toalla, pero otro golpe, este de amor, le retendrá en la pequeña localidad de los Pirineos franceses.
Stephanie, sin embargo, está demasiado ocupada para l'amour. Trabaja en el auberge y al mismo tiempo está levantando un huerto orgánico, pero hacer realidad su sueño está acabando con ella. Ni siquiera se da cuenta de que su hija anda preocupada. Un siniestro forastero se está paseando por el pueblo y Chloe no sabe a quién acudir. Su única esperanza es que alguien acabe por escuchar sus gritos pidiendo auxilio. Lo inesperado se encuentra a la vuelta de la esquina en Fogas...
Hace mucho que leí el primer libro de esta serie y la verdad es que no sé por qué he tardado tanto en volver a reencontrarme con los habitantes de Fogas. Me lo he pasado tan bien con éste como con el anterior así que ahora solo espero poder leer el siguiente cuanto antes porque Julia Stagg consigue que te traslades a ese pequeño pueblo mientras estás leyendo sus novelas.
No acostumbro a leer las series en el orden cronológico, sobre todo si son policíacas o románticas, pero en esta ocasión (a pesar de que no es imprescindible) sí que recomendaría que se siguiera el orden a la hora de leerla. No solo porque estamos ante los mismos protagonistas y disfrutamos viendo cómo continúan sus vidas, sino porque hay pequeños detalles, como la identidad del padre de Veronique, que fue desvelada en el anterior libro y que en este solo se conocerá al final del mismo.
Si bien estamos ante una novela coral en el que todos los habitantes de Fogas tienen su papel, la autora le da el protagonismo a una pareja en cada volumen. En la anterior novela los protagonistas eran los nuevos propietarios del hostal, en esta ocasión él también será un extraño que es rechazado por el pueblo por las nuevas ideas que quiere implantar en la tienda de su tía pero que, finalmente, logra ser aceptado. Stephanie no empezará con muy buen pie su relación con Fabian pero todo tiene su explicación y para conocerla deberás leer este libro.
A pesar de lo que pueda parecer, no es una novela romántica sino más bien sentimental. Disfrutaremos con el día a día de estos personajes, viendo cómo unos se adaptan a otros y, a pesar de los roces que surgen, siempre terminan con una convivencia feliz.
Sacudió la cabeza como respuesta a su percepción de que el mundo se había vuelto loco.
¡Nunca había oído algo semejante! Llamar al abogado para mantener a alguien alejado de uno. ¿Por qué no hablar las cosas cara a cara y resolver los problemas como era debido? Si no funcionaba, siempre quedaba la posibilidad de comprarse un perro peligroso. Ridículo, eso es lo que era.
Entre un libro y otro apenas ha pasado el tiempo, así que no nos hemos perdido nada y me imagino que en el siguiente, Las cartas de Veronique, seguirá igual y por fin esta pobre muchacha consiga descifrar la gran incógnita de su vida y encontrar el amor.
En resumen, La pequeña tienda de los Pirineos es una lectura absolutamente entrañable que provocará deleite a todo el que lo lea.
Hace mucho que leí el primer libro de esta serie y la verdad es que no sé por qué he tardado tanto en volver a reencontrarme con los habitantes de Fogas. Me lo he pasado tan bien con éste como con el anterior así que ahora solo espero poder leer el siguiente cuanto antes porque Julia Stagg consigue que te traslades a ese pequeño pueblo mientras estás leyendo sus novelas.
No acostumbro a leer las series en el orden cronológico, sobre todo si son policíacas o románticas, pero en esta ocasión (a pesar de que no es imprescindible) sí que recomendaría que se siguiera el orden a la hora de leerla. No solo porque estamos ante los mismos protagonistas y disfrutamos viendo cómo continúan sus vidas, sino porque hay pequeños detalles, como la identidad del padre de Veronique, que fue desvelada en el anterior libro y que en este solo se conocerá al final del mismo.
Si bien estamos ante una novela coral en el que todos los habitantes de Fogas tienen su papel, la autora le da el protagonismo a una pareja en cada volumen. En la anterior novela los protagonistas eran los nuevos propietarios del hostal, en esta ocasión él también será un extraño que es rechazado por el pueblo por las nuevas ideas que quiere implantar en la tienda de su tía pero que, finalmente, logra ser aceptado. Stephanie no empezará con muy buen pie su relación con Fabian pero todo tiene su explicación y para conocerla deberás leer este libro.
A pesar de lo que pueda parecer, no es una novela romántica sino más bien sentimental. Disfrutaremos con el día a día de estos personajes, viendo cómo unos se adaptan a otros y, a pesar de los roces que surgen, siempre terminan con una convivencia feliz.
Sacudió la cabeza como respuesta a su percepción de que el mundo se había vuelto loco.
¡Nunca había oído algo semejante! Llamar al abogado para mantener a alguien alejado de uno. ¿Por qué no hablar las cosas cara a cara y resolver los problemas como era debido? Si no funcionaba, siempre quedaba la posibilidad de comprarse un perro peligroso. Ridículo, eso es lo que era.
Entre un libro y otro apenas ha pasado el tiempo, así que no nos hemos perdido nada y me imagino que en el siguiente, Las cartas de Veronique, seguirá igual y por fin esta pobre muchacha consiga descifrar la gran incógnita de su vida y encontrar el amor.
En resumen, La pequeña tienda de los Pirineos es una lectura absolutamente entrañable que provocará deleite a todo el que lo lea.