Título original: The Villa
Autora: Rosanna Ley
Traducción: Ana Hidalgo Jiménez
Editorial: Bóveda
Nº de páginas: 600
Publicación: Mayo 2015
SINOPSIS:
Tres mujeres en busca de respuestas. ¿Villa Sirena acabará por unirlas o las separará para siempre? Cuando Tess Angel recibe la carta de un abogado invitándola a reclamar la herencia que le ha dejado Edward Westerman, un hombre al que nunca conoció, se queda estupefacta. Se trata de Villa Sirena, una hermosa casa de recreo encaramada en unos acantilados de Sicilia. Pero lo único que la une a esa isla es su madre, Flavia, una siciliana que se marchó de allí durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque nunca ha propiciado que Tess se reencuentre con sus raíces, Flavia se da cuenta de que los secretos de su pasado están a punto de ser descubiertos y decide contarle su historia. Todos estos acontecimientos también sorprenden a Ginny, la hija adolescente de Tess, que soporta como puede el instituto, sobrelleva su incipiente sexualidad y está llena de preguntas para su padre, que abandonó a su madre antes de que ella naciera. Tres mujeres en busca de respuestas. ¿Villa Sirena acabará por unirlas o las separará para siempre?
En la contraportada del libro ponen que es una lectura ideal para el verano, yo la he leído con mucho frío y doy fe de que es igual de apetecible.
Nos encontramos con una novela planteada de forma muy original, si bien gira en torno a tres mujeres, es evidente que la protagonista principal es Tess; lo curioso es que la trama predominante corresponde a la vida de Flavia, su madre. Gracias al viaje que Tess realiza a Sicilia para visitar la villa que ha heredado y al relato que comienza a escribir Flavia sabremos lo que le ocurrió a esta en su juventud. Con un poco menos de peso en la historia, también hay hueco para Ginny, la hija adolescente de Tess.
En la solapa destacan la faceta de la autora como profesora de escritura creativa. A mi no me ha cautivado precisamente por su prosa pero sí que sabe contar historias. Sus 600 páginas se devoran poco a poco y apenas nos damos cuenta de que vamos avanzando. Además, en la parte final es inevitable parar de leer ante el gran nivel de expectación que consigue transmitir al lector, con su pequeña dosis de intriga incluida.
La caracterización y definición de los personajes está muy bien lograda. Rosanna Ley ha sabido ponerse en la piel de las tres mujeres con independencia de sus edades. Quizá la que menos me ha llegado ha sido Ginny, probablemente porque hace mucho que dejé la adolescencia, pero la recreación de los problemas ante los que se presenta una joven es perfecta. Tess es una mujer madura que ni ha encontrado el amor ni se siente valorada en el trabajo, por lo que considera que el cambio de aires le va a venir bien para replantearse su vida. Flavia nunca ha contado a su hija por qué se marchó de Sicilia a Londres y nunca ha querido volver.
La descripción del ambiente también está magistralmente detallada, hasta el punto que tendremos la sensación de estar paseando por las calles de Sicilia o buceando en sus costas.
La historia de Flavia se remonta a la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, este hecho apenas tiene relevancia por lo que no voy a incluir esta reseña en el reto de novela histórica. En esa parte de su vida se hace mención a la mafia, pero no de forma directa, sino más bien al dominio de ciertas familias sicilianas.
Aunque La villa se podría considerar una novela romántica no se corresponde con el amor pasional, es más sentimental. Solo al terminar el libro nos damos cuenta de que se puede querer a dos personas de forma totalmente distinta y en ambos casos tratarse de amor con mayúsculas, ninguno de los dos es mayor ni mejor que el otro.
Un aspecto que está presente a lo largo de la novela es la comida italiana. De hecho, entre historia e historia Flavia incluye alguna de sus recetas. Su hija nunca se ha interesado por ellas, tal vez como forma de rechazo al silencio de su madre. Es por ello que, además de la constante presencia de berenjenas y tomates, nos endulzaremos con muchos de los postres típicos italianos. Para los amantes de la cocina como yo es una delicia, para los que no les guste tanto no van a tener ningún problema puesto que no se excede en los detalles.
La villa esconde una gran historia que merece la pena sacar a la luz. Tal vez el dolor de Flavia no justifica su negativa a volver a Sicilia pero descubrirlo provocará más de un nudo en la garganta.
Gracias a la editorial Bóveda por el ejemplar.