Título: La vida sigue
Título original: Girl Friday
Autora: Jane Green
Editorial: Random House Mondadori
Sello: Debolsillo
Nº de páginas: 372
Publicación: Marzo 2011
SINOPSIS:
Cuando Kit y Adam se separaron, después de casi quince años de matrimonio, ella sintió como si de un plumazo hubiera perdido su amor, su mejor amigo y su identidad.
Pero ahora, al cabo de un año, Kit se ha reencontrado a sí misma en un idílico pueblo de Connecticut. Tiene un trabajo fantástico, dos hijos maravillosos, una buena relación con su ex marido y tiene también a Edie, una vecina juiciosa que le hace de madre postiza.
Entonces la alocada Tracy, su instructora de yoga y mejor amiga, le presenta a Steve, un tipo atento y amable. De repente, Kit se asombra al pensar que quizá haya encontrado al hombre que estaba esperando.
No puede ser... ¿seguro que todo encaja?
En principio pensé leer este libro dentro del mes temático del chick lit. Recordaba haber leído dos libros de esta autora, así que busqué en la biblioteca y me encontré con este. Sin embargo, una vez que empecé a leerlo me di cuenta de que no se corresponde con el género, lo cual me enfadó un poco e hizo que lo leyera hasta con desgana. Normalmente suelo consultar la página de Autoras en la sombra, y allí está catalogado como chick lit, la wikipedia la considera una de las precursora del género, y mientras, más me enfadaba yo porque lo que leía no se correspondía para nada con el chick lit. Hasta que me fui a la página de la editorial (tal vez debería haber empezado por ahí) y ellos la encuadran dentro de la ficción moderna y contemporánea, lo gracioso es que el libro digital está dentro de la narrativa romántica. Conclusión, dentro de mi definición, es una novela de sentimientos, y, una vez que hice mi propia clasificación, disfruté muchísimo con su lectura.
Para enredarlo un poquito más, aprovechando que en el libro nos encontramos con un escritor de éxito, la autora aprovecha para dar una definición del género un tanto despectiva. En mi opinión, le falta la característica principal, el humor, y es que en este libro no está por ninguna parte.
Piensa en todas las obras de literatura femenina que empapelan los estantes de la biblioteca y las librerías locales. Ficciones con portadas en las que se ven piernas de mujeres, o dibujos de cómic que muestran bolsos de señora, todo en colores impactantes de tonos pastel y rosa.
Ha hojeado algunos de los libros. Historias de muchachas de veintitantos años, solteras, que buscan al señor Perfecto mientras caminan por las calles con fabulosos zapatos de tacón o, al hacerse mayores, historias de divorcio, adulterio, de mujeres desdichadas de los barrios residenciales que intentan dar sentido a matrimonios infelices o que siguen adelante con romances nuevos.
-Chick lit -dijo, resoplando despectivamente, pensando para sí que aquello no era escribir, era llevar un diario: mujeres que sacaban fuera la angustia, la frustración que les provocaban sus relaciones y la insatisfacción que sentían ante su propia vida, en forma de novela.
Curiosamente, al final del libro aparecen varias portadas de sus otros libros y en todos ellos están las piernas. Una de ellas se podría incluir en esa sección que he visto en otros blogs, parecidos razonables:
Sé que me estoy alargando, pero hay muchas cosas que quiero comentar. Una de ellas es el título, muchas veces me he quejado de las traducciones que se hacen, pues en esta ocasión, el título elegido es mucho más adecuado que el original. De él se desprende un mensaje positivo, y es que, cuando parece que todo va mal, te das cuenta que puedes seguir adelante. Al original el único sentido que le encuentro es que los fines de semana la protagonista disponía de tiempo para ella misma y rehacer su vida, ya que los niños estaban con su exmarido; pero el español resume mucho mejor todas las historias que nos encontramos en esta novela.
La protagonista, Kit, se tiene que enfrentar a una nueva vida después del divorcio. Lo que en un principio puede ser un desastre, para ella es una liberación, puesto que no le gustaba la vida que llevaba hasta el momento. Para empezar cuenta con la ayuda de su nueva vecina que se comporta como la madre que nunca supo ejercer como tal, la recomienda para trabajar con un escritor de éxito, y parece que hay espacio de nuevo para el amor.
A medida que vamos conociendo amigos de Kit, la autora aprovecha para presentarlos contando sus historias pasadas. Se me ha hecho un poco raro, ya que no es una novela que se narre en distintos espacios temporales, sino que, a medida que surge un personaje, se para la narración actual y se cuenta una parte de la historia de ese personaje para luego continuar la historia en el momento presente.
Y ahora volvemos a mi definición de novela de sentimientos: a lo largo de las páginas nos damos cuenta de como en un matrimonio donde se había acabado la pasión queda espacio para la amistad, los desencuentros entre madre e hijas, el engaño, pero, sobre todo, lo que más predomina en el libro son las relaciones entre amigas, unas más generosas que otras, por cierto.
Además, se tratan otros temas, algunos ya habituales (por desgracia), como el maltrato; pero otros para mi novedosos en una novela, y es el tema de los desahucios, más bien, la pérdida del estatus social. Nunca me ha gustado ver opiniones en un blog o en el facebook, creo que cada cosa tiene su espacio, y este es el de la literatura, pero aprovecho para poner este fragmento con el que estoy totalmente de acuerdo. Habría muchas cosas que comentar, pero sigo pensando que este no es el lugar.
- Sí y no. Estoy de acuerdo en que son tiempos terribles, pero nosotros no podíamos permitirnos la vida que llevábamos, y es con eso que tengo un problema. Si echas una mirada a su salario y sus primas, y a mi salario, y echas una mirada a nuestros gastos mensuales, ves que no salen las cuentas. Acepto toda la responsabilidad por las consecuencias de no interesarme por la economía, porque, si lo hubiera sabido, jamás habría permitido que sucediera. Fui estúpida y cándida, y delegué toda la responsabilidad en Keith, y desearía no haberlo hecho. No puedo evitar estar resentida con él por decir siempre que todo iba bien, que podíamos permitírnoslo, cuando era tan evidente que no podíamos. Incluso sin esta crisis, estábamos viviendo de dinero prestado, cosa que está bien si tienes una fortuna en ahorros que están dándote un mejor interés en otra parte, pero nosotros no los teníamos. No teníamos nada.
Poco te he contado de la historia y mucho de mis sensaciones, pero creo que el resto lo debes descubrir con su lectura, merece la pena. A pesar de que no es una novela romántica, voy a terminar con un párrafo que me ha gustado mucho.
Amar, se da cuenta, es un verbo, es un acto. No basta con decir que amas a alguien y luego te olvidas, o confías en que la relación seguirá incólume sólo porque compartes una casa, unos hijos o una vida.