Autora: Laura Norton
Editorial: Espasa
Nª de páginas: 456
Publicación: Mayo 2015
SINOPSIS:
¿Cuántas probabilidades hay de que te toque el gordo de la lotería? ¿O de que el chico con el que estás a punto de casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la que además pierdes el trabajo?
A Bea le acaba de pasar (excepto lo de la lotería); así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica familia buscando un poco de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de todos. Bea es así. En esta novela vas a encontrar un mercedes rosa, una casa en los árboles, un pelirrojo de caerse de espaldas (literalmente), muchas risas y unas cuantas lágrimas de esas que se lloran a gusto, que te liberan y te reconcilian con la vida. Una historia con la que descubrirás que siempre hay algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la cagas.
Hace poco leí una lista con los 50 libros más vendidos del 2014. Entre ellos me sorprendió descubrir uno, precisamente por el género en el que está encuadrado, que supuestamente no es el que se acostumbra a leer en este país: "No culpes al Karma de lo que te pasa por gilipollas". Si en su día había vendido 42.000 ejemplares hoy en día serán muchos más porque acabo de ver en el facebook de la autora que se acaba de publicar la 16ª edición. Ha sido tanto el éxito que incluso tendrá una versión cinematográfica.
Con estos antecedentes, en cuanto me enteré de que Laura Norton sacaba un nuevo libro quise leerlo para saber qué es lo que me iba a encontrar. Después de terminarlo puedo decir que ha sido una sorpresa absolutamente agradable, y no solo por lo que me he reído mientras lo leía, sino porque, a pesar de estar catalogado como narrativa literaria, "Gente que viene y bah" se puede encuadrar dentro del chick lit. Es una novela fresca y divertida en la que la protagonista se ve envuelta en situaciones absurdas y disparatadas que, perfectamente, podrían estar escritas por la mismísima Sophie Kinsella. ¡Y no necesita recurrir al sexo! ¡Aleluya!
Decidimos hacer una boda discreta. No más de cien invitados. Todo lo que pasara de ahí sería una ordinariez: invitamos a doscientos quince.
Tampoco me iba a gastar una fortuna que no tenía en el vestido. Todo lo que pasara de ochocientos euros era un disparate: dos mil ochocientos cincuenta y tres. Ni los tres euros me rebajaron. Pensé hasta en pedir un crédito para pagarlo. O un crowfounding.
Ah, y yo no iba a ser la típica petarda que presume de anillo, que presume de novio, que presume de boda: sufrí una luxación en el brazo de tanto extenderlo para enseñar el anillo de manera casual y sutil.
He intentado buscar información sobre la autora, puesto que la que ofrece la editorial es muy escasa, pero apenas he encontrado un par de entrevistas. No hay ninguna foto de ella, según parece porque es muy vergonzosa, o tal vez simplemente por crear misterio. Sea como sea, a mí me tiene intrigada. Lo que me ha agradado es que ella sí define sus novelas (por lo menos la primera) como chick lit. En este caso no hay posibilidad de confundirla con la comedia romántica, la parte amorosa apenas tiene relevancia girando todo en torno a las situaciones cómicas en las que se ve implicada la protagonista.
- Perdona, ¿no habrás encontrado un zapato?
- ¿Eres tú? -La chica me hizo un repaso de arriba abajo-. Pues pareces normal.
- ¿Perdona?
- Mi compañero me escribió esta nota. Te la leo: "Si viene una mujer preguntando por su zapato, dile que lo he llevado a la Guardia Civil, como prueba de su agresión. Y ten cuidado con ella. Síguele la corriente. Está muy desequilibrada".
- ¿En serio le ha llevado mi zapato a la Guardia Civil?
- Eso dice aquí.
- Seguro que es mentira. Mira, por favor, a ver si está por ahí.
- Vale.
La chica se puso a hacer como que buscaba el zapato. Yo ahí me di cuenta de algo.
- ¿Me estás siguiendo la corriente?
- Sí.
- Vale. Lo pillo. Me voy.
Sin embargo, no todo van a ser risas. Laura Norton también sabe explotar la parte emotiva, aunque se la reserva para el final, y consigue que nos salgan las lágrimas lo mismo que anteriormente nos ha hecho reír.
Esta novela es muy densa en cuanto a contenido y no porque su lectura se haga pesada, más bien, es todo lo contrario. Tengo la sensación de que con la letra pequeña y el mínimo espacio entre frases han intentado recortar una novela que perfectamente se podría haber ido hasta las 600 páginas. Debo decir que a mí no me hubiera importado ya que es tan divertida de leer que no me hubiera molestado que el libro tuviera más páginas, sobre todo, porque mi vista lo hubiera agradecido.
Del argumento no me gusta contar mucho, creo que el lector lo debe descubrir por sí mismo. Lo que sí puedo decir es que, una vez que Bea decide volver a la casa de sus padres después de sufrir un desengaño amoroso, no hará más que meter en líos a su familia desvelando secretos que muchos hubieran preferido seguir ocultando. Un acierto de la autora es que a la hora de crear los personajes no ha recurrido a los tópicos ni al humor ordinario y eso se nota en el resultado.
Conclusión, "Gente que viene y bah" es un libro divertidísimo que dejará con buen sabor de boca a todo el que lo lea. Yo, mientras tanto, me dedicaré a seguir investigando a ver si consigo averiguar quién se esconde detrás de Laura Norton.
Gracias a la editorial Espasa por el envío del ejemplar.