LO QUE MOJA LA LLUVIA, DE ADRIANA ABENIA

Título: Lo que moja la lluvia
Autora: Adriana Abenia
Editorial: Espasa
Nº de páginas: 275
Publicación: Abril 2013

SINOPSIS:

Tras publicar su primer libro, Cecilia, una joven incapaz de librarse de los demonios de su pasado, recibe la inesperada oferta de un misterioso editor francés: escribir su segunda novela en un apartamento a su disposición en el corazón de París.

Impulsiva, Cecilia acepta. Para su sorpresa, una vez allí, descubre que el piso es una réplica exacta del que aparece en su novela y que el editor es su vecino, un hombre que le atrae mucho pero que, por algún extraño motivo, despierta en ella temores dormidos y abre una vieja herida que se resiente con la lluvia.

Gracias a Albanta por el sorteo en el que gané este libro y a Espasa por el envío del ejemplar.

Tenía mucha curiosidad por leer esta novela, quería saber cómo se desenvolvía esta conocida reportera con las letras. Confieso que me dejo llevar por los prejuicios y la primera vez que la vi pensaba que era la típica rubia guapa que se usa como mujer florero, pero después de verla a diario me llegó a caer muy simpática y, lo que es más importante, desempeñaba su trabajo bastante bien.

Haciendo alusión a la curiosidad que me animó a leerlo, al final me pasó lo mismo que al gato: "me mató". Hasta tal punto que antes de escribir esta reseña he estado buscando otras opiniones y debo decir que la mayoría son contrarias a la mía, le dan una buena valoración, no la ponen por las nubes, pero la consideran una lectura muy entretenida. Para mí no lo ha sido.

En relación al libro, no encuentro nada acertada la imagen de la autora en la solapa. No es que los escritores tengan un aspecto que los distinga de las demás profesiones, pero lo que no se puede hacer es poner una fotografía que muy bien podría corresponder a la sesión fotográfica de una modelo.

Aunque se trate de ficción, cuando leo me gusta que las historias tengan credibilidad.  Cuando me encontré que a la protagonista le ofrecían trasladarse a París, con apartamento incluido, para que escribiera la que sería su segunda novela, me chocó bastante. 

Sin embargo, lo que menos me gustó es la redacción. Cecilia es una mujer atormentada por un trauma, y consigue trasladarlo al estilo narrativo de la autora. Abundan las descripciones excesivamente detalladas, recargadas con demasiadas florituras, lo que hace que la acción transcurra muy despacio.

Subimos las escaleras de caracol agarrándonos a la barandilla para no caer. Nos sosteníamos a duras penas y reíamos de puntillas en la cuerda floja entre lo moral y lo inmoral, entre lo inocente y lo pecaminoso. Alcanzamos la tercera planta. Un cartelito con el número 306 colgaba de una delgada puerta. Una habitación enmoquetada, con una cama cubierta de estampados florales del siglo pasado en su interior, nos dio la bienvenida. Abrimos una gran ventana con vistas a la enigmática ciudad. Las cortinas se mecían agitadas como nuestra respiración.

  

El sexo tiene un peso importante dentro de la historia, sin embargo, hay varias escenas que parecen metidas con calzador. Además, son relatadas con un lenguaje bastante vulgar que contrasta con lo dulce y empalagoso del resto de la narración.

Pese a todo, siempre hay que buscar el lado bueno de las cosas, y este libro también lo tiene. Me ha gustado mucho el personaje de Aurora, la vecina del 3º. No sé por qué, pero últimamente me encariño con los personajes de más edad. Ella ha conseguido transmitirme muchas más sensaciones que la protagonista, tal vez porque la anciana desprende vitalidad mientras que Cecilia vive torturada por sus recuerdos.

En mi humilde opinión, si la novela no estuviera firmada por un rostro conocido, lo hubiera tenido muy complicado para llegar a publicarse. Pero yo sólo soy un pequeño pez dentro de un gran océano, al parecer, a la gran mayoría le ha convencido.