LOS RELATOS DEL INGENIERO ANDANTE, DE JOSE DOCAVO ALBERTI

Título: Los relatos del ingeniero andante Vol. 1
Autor: Jose Docavo Alberti
Editorial: Autopublicado
Nº de páginas: 41
Formato digital
Publicación: Junio 2013
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En esta ocasión traigo una reseña muy poco habitual en este blog, y lo es por varias razones: por el formato digital, por tratarse de relatos, por su corta extensión y por la temática, ninguno de estos condicionantes habrían llamado mi atención y, hasta ahora, no habían aparecido en el blog.

Sin embargo, el email que recibí del autor me animó a darle una oportunidad. En primer lugar, porque me hace mucha ilusión que se haya puesto en contacto conmigo para que lo reseñe, ya sé que hay muchos más, pero a mi me ha agradado, a pesar de que ya le había adelantado al autor que la ciencia ficción no es un género de mi agrado y apenas tiene presencia en este blog. Pero lo que me decidió finalmente fue su forma de presentarse. En varias ocasiones he visto en facebook quejas sobre las "formas" de ciertos autores noveles a la hora de pedir una reseña, la de Jose Docavo me pareció muy original y mucho más realista. Ha optado por no ir de editorial en editorial, sino que sean las críticas sobre su obra las que hagan que se pongan en contacto con él. De momento parece que esta primera batalla la está ganando puesto que todos los comentarios son muy positivos.

Ahora me toca dejar el mío, que va a ser mucho más breve de lo habitual, pero es que poco se puede comentar de 8 relatos que apenas ocupan unas páginas sin desvelar más de lo necesario. Me gusta cómo escribe Jose Docavo, se nota que tiene estilo y, además, aporta alguna que otra chispa de humor. Sin embargo, la ciencia ficción no es un género que me llame la atención, así que no voy a continuar con sus otros libros.

A pesar de que no lo puedo asegurar a ciencia cierta, yo 

debí nacer a mediados de 1920. Mi madre, inconformista como 

era y sospechando ya algo raro detrás de aquel empeño de los 

humanos de llevar la contabilidad de todo, se negó a inscribirme 

en el registro. Y no es que no se supiera que éramos pescadas y 

después asadas a la brasa, que sí que se sabía, sino que ya por 

aquel entonces no le parecía justo su modo de tratarnos. Porque 

si bien es cierto que la vida de una sardina no es tan excitante

como a primera vista podría parecer y que acabar comida no es

después de todo un final tan terrible, tampoco hay derecho a 

que nos exterminen.

En resumen, calidad literaria hay, ahora habrá que ver si el público está lo suficientemente interesado en este género. En mi humilde opinión, animaría al autor a aventurarse en otros más "comerciales", tal vez la ansiada llamada llegaría más pronto.