MEDUSA, DE ALBERTO VÁZQUEZ-FIGUEROA

Título: Medusa
Autor: Alberto Vázquez-Figueroa
Editorial: Ediciones B
Colección: La Trama
Nº de páginas: 304
Publicación: Mayo 2014

SINOPSIS:

Las máquinas deben estar al servicio de los hombres, no los hombres al servicio de unas máquinas que están al servicio de otros hombres.

Durante los últimos treinta años, y gracias al monopolio de las nuevas tecnologías, menos de cien personas han conseguido acumular tanta riqueza como los 3.570 millones que forman la mitad más pobre del planeta. El cincuenta por ciento de cuanto existe está ahora en manos de apenas el uno por ciento de la población.

Crítico y visionario como es habitual en él, Alberto Vázquez-Figueroa firma esta sorprendente novela en la que denuncia el expolio al que insaciables multinacionales y gobiernos corruptos someten a los seres humanos.

El autor de éxitos como Tuareg, Cienfuegos o Coltan vuelve a demostrar su talento narrativo en este thriller apasionante y adictivo que contiene una aguda reflexión sobre cómo nos han convertido en esclavos de una enorme red, siempre conectados a una pantalla. 

Creo que lo correcto sería empezar esta reseña diciendo que me va a ser muy difícil ser imparcial al plasmar mis impresiones ya que se trata de la última novela de mi autor favorito. A modo de medidor te diré que normalmente suelo usar dos o tres marcapáginas para señalar las frases que más me han gustado y que luego incluyo en la reseña, en esta ocasión han sido más de diez.

Los libros de Vázquez-Figueroa no se incluyen en la categoría de "aquellos que te hacen meditar", sin embargo, es difícil no hacer algún tipo de reflexión una vez que los lees. En esta ocasión se adentra en el mundo de internet y las redes sociales, más bien, en el efecto que causa en la sociedad, sobre todo, en lo concerniente a la comunicación y el grado de dependencia que tenemos, así que no esperes encontrar una novela donde predomine el uso de la informática sino una en la que se critica el uso excesivo de internet. Con algunas de las cuestiones que plantea estoy de acuerdo: me parece muy triste ver una pareja en una cafetería que no habla sino que cada uno se limita a mirar su móvil (lo he presenciado), pero no creo que haya que tomar medidas tan desesperadas como eliminar las compras online (ésas también dan trabajo).

En algunos países existían ya más móviles que personas, y algunas los consultaban cada tres minutos como si esperaran encontrar en ellos respuesta a sus ansiedades, protección a sus miedos o compañía a su soledad.

Pese a que lo que comienza a provocar el caos es pura ciencia ficción no hay que olvidar que Vázquez-Figueroa escribió "Nuevos dioses", novela que trataba sobre la clonación, veinte años antes de que naciera la oveja Dolly. A raíz de ese suceso las conexiones dejan de funcionar y nadie sabe explicar por qué. Entonces surge el grupo Medusa reivindicando una serie de cuestiones que a la mayoría nos pueden parecer lógicas pero que a aquellos pocos que controlan el mundo y se aprovechan de él no les parecen tan acertadas. Magistral es el único adjetivo que se me ocurre para describir la forma en que consigue dejar en evidencia a los servicios secretos de los EEUU haciendo uso de la difunta Sarita Montiel.

Algo que define el estilo de este autor es que a lo largo de toda la novela va dejando caer pinceladas de críticas sobre diversos temas, sin necesidad de ahondar demasiado en ellos: políticos, corrupción, piratería, cáncer...

"Machacar" no era tal vez la palabra apropiada para expresar el inmenso sufrimiento que el cáncer causaba a los seres humanos, pero sí para describir cómo iba golpeando a toda una familia con la fuerza y la insistencia del martillo de un cruel herrero que se divirtiera trasladándola del fuego al yunque y del yunque al fuego.
En el corto transcurso de tres años había muerto de pena antes de sentirse plenamente preparada para morir de cáncer, puesto que con cada miembro de su familia que enterraba, enterraba también una parte de sí misma.

También podremos apreciar el característico humor del autor: en unas ocasiones refiriéndose a figuras conocidas como Hollande o el Dálai-Lama; en otras haciendo uso de personajes de la novela como Vicenta, que "ni tan siquiera llega a la condición de pueblerina puesto que nació en un perdido caserío de montaña"; y en otras es el propio autor que se identifica con el protagonista diciendo que "si la muerte es el descanso eterno quiere que lo entierren de lado porque nunca ha podido dormir boca arriba".

Vázquez-Figueroa no solo se ve representado con el protagonista (que no tiene nombre) sino que también se identifica con el inventor. Este personaje propone una solución de salvamento marítimo sin necesidad de arriesgar vidas humanas cuando las condiciones meteorológicas no permiten el rescate. En la novela está desencantado porque no le hacen caso pero, según leí en una entrevista, no quería comentar mucho más porque le habían llamado del Ministerio de Fomento. Esperemos que su idea no quede olvidada en un cajón como otras veces.

Tampoco es la primera vez que aparecen fragmentos de otras de sus novelas, no se incluye como autor ni pone el título de la obra pero una fiel lectora como yo sabe que se está refiriendo a Coltan. Para quienes no la hayan leído les diré que verán con otros ojos su móvil o su ordenador al saber las vidas humanas que se sacrifican para poder fabricar las baterías y entenderán por qué se recogen los móviles antiguos. El coltan es el futuro petróleo.

Para los amantes de la metaliteratura les diré que también tiene un hueco en esta novela puesto que los protagonistas son traductores y se pone de manifiesto el amor que sienten por los libros. De hecho, la primera conversación de la pareja cuando se conoce es sobre la obra de Alberto Moravia.

Si le tuviera que poner algún punto negativo sería el final, la obra pedía que fuera más apoteósico. Supongo que ha querido darle un punto de esperanza a la humanidad esperando que sepa reaccionar a tiempo.

Al terminar el libro me he quedado con una sensación contradictoria: complacida de volver a disfrutar del Vázquez-Figueroa de siempre, mejorado con el paso de los años, y desconsolada porque apenas me ha durado un suspiro.

Gracias a Ediciones B por el ejemplar.